Historia

Los testigos de la vida en nuestro territorio se pierden en la noche de los tiempos y en los ecos de las leyendas. Hemos recibido noticias de las tribus Ártabras, recogidas por las crónicas romanas como presencias ya ancestrales en su tiempo. También desde la antigüedad nos han llegado algunos castros e incluso el testigo de nuestro nombre, Oleiros, en referencia a los recipientes de barro donde se guardaban las cenizas de los muertos, que luego se depositaban en los túmulos o medoñas.

HistoriaLa decadencia del tiempo fue paralela a la de toda Galicia. Entre la oscuridad medieval, nos ha llegado la pequeña joya románica de Santa María de Dexo, el edificio más renombrado de la antigüedad, restaurado piedra a piedra por el Ayuntamiento a finales del siglo XX.

Nuestra historia está íntimamente ligada a la de la ciudad de A Coruña. El otro gran edificio histórico, el castillo de Santa Cruz, está íntimamente ligado a la defensa de la bahía, ya que formaba trío con los de San Diego (desaparecido) y San Antón. Algunos baluartes de Serantes también formaban parte del sistema defensivo portuario, que más tarde se completó con los Faros de Mera, llave de acceso marítimo al conjunto de la ría de A Coruña. Además de la arquitectura militar, algunos palacios repartidos por la Ciudad nos hablan de una próspera nobleza.

A principios del siglo XX, Oleiros inicia su agradable convivencia entre las gentes de los numerosos pueblos y aldeas que componen su territorio y las llegadas de la pujante ciudad de A Coruña. Tras la construcción del Ponte da Pasaxe, descubren la maravilla de nuestro territorio: la vida tranquila y marinera del interior de la ría, la sucesión de playas y acantilados en la parte central y la belleza feroz del norte, abierto en canal a toda la fuerza del océano. La gran cantidad de villas modernistas y vanguardistas e incluso las huellas industriales (La Fábrica, en Perillo, la Lagoa en Mera o el Cristo Rey, en Nós, sede exterior del Tranvía entre A Coruña y Sada) hablan de un pasado más bullicioso antes la revolucion francista.

HistoriaDespués de la guerra, el opaco silenciamiento de los demócratas, derrotados por el alzamiento en armas contra la República democrática, trajo a Oleiros años de terror y oprobio, llevados por la estupidez y las armas al grito de "muerte a la inteligencia". A partir de los años 70, la gente comienza a organizarse y sentar las bases para despertar de la llamada Larga Noche de Piedra.

En Oleiros, ese despertar se materializó en algo urgente: había que detener a quienes amenazaban con convertir nuestra costa en un muro de cemento. Tanto en Santa Cristina como en Santa Cruz y Mera había planes para llenar la costa de edificios con los que cuatro espabilaldos hicieron fortuna.

Así nace un movimiento vecinal único que cambia radicalmente la forma en que nos relacionamos con el territorio: en lugar de beneficiar a unos pocos explotados, beneficiamos a la mayoría de la gente. Desde las primeras elecciones democráticas, los vecinos definen el crecimiento del municipio y la distribución de los beneficios que genera este crecimiento. Por eso, Oleiros cuenta ahora con la mayor infraestructura pública y el mayor número de equipamientos por habitante. Quienes viven aquí son muy conscientes de esta singularidad y se sienten identificados con un territorio que les pertenece.