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Back Documentación "Corazón tan blanco" de Javier Marías

Esto sí que es llamar
Por Manuel Alvar (Blanco y Negro, 1995)

En el acto II de "Macbeth", el protagonista de la tragedia acaba de cumplir uno de sus asesinatos. Siente miedo de su crimen y, una vez más, lady Macbeth increpa al cobarde: ella lleva las manos tintas en sangre, igual que las de su marido, pero se avergonzaría de "tener el corazón tan blanco" como el de su indeciso esposo. Es el final de la escena segunda, de la que Javier Marías ha tomado un lema ("Corazón tan blanco") que valdrá para algún personaje de su novela: por su indecisión, por su cobardía, por su temor a su propia maldad.

La novela de nuestro joven autor es una gran novela. El argumento es válido porque mantiene un apasionado interés que no decae, pero es, también, una teoría de formalizaciones que la hacen ser de un valor singular. Estamos en una cuestión que se nos suscita mil veces, y que nos suscitará otras mil: la cuestión de la forma. Y aquí sí que el mundo de los significantes es de una excepción, maestría. Porque Javier Marías no cuenta, sino que hace: no es esto u otro lo que debe caber dentro de sus propósitos; somos nosotros quienes nos introducimos en un relato apasionante y entendemos lo que es el "tempo lento" que el narrador se impone. "Tempo lento" que no aparece como una deliberada morosidad, sino que se va logrando por las exigencias a las que obliga un vivir, que puede ser trepidante. Aquí se nos plantea un primer motivo: ¿Qué piensa el autor de lo que es la novela? En un momento nos dice: "quizá sea esto lo que nos lleva a leer novelas y crónicas, y a ver películas, la busca de la analogía, del símbolo, la búsqueda del reconocimiento, no del conocimiento". Y con esto sobre su cabal sentido el testimonio de "Macbeth": hay una analogía con el personaje de Shakespeare o un símbolo que actúa sobre un vivir harto dispar, pero que permite re-conocer acontecimientos muy discrepantes, como si hubiéramos encontrado la cuerda que asocia las cuentas de aquel imaginario collar. Ha cobrado sentido la negación de un pertinaz silencio que, de pronto, aflora el reencontrarse en el conocimiento silenciado. Tal vez sea ésta la conducta de Ranz, sepultada como una laguna abisal y borbotada por indicios personales o por denuncias ajenas.


Cuberta 1ª edición (1992)

Lo dijo Ortega hace muchos años: la novela es un género abierto. En él -o en ella- no encontramos lo que se nos cuenta, sino, que por indicios, intuimos lo que se nos oculta. Y ésta es una de las grandes maestrías de Javier Marías: parte de unas páginas espléndidas donde está todo lo que van a ser las vidas de quienes protagonizan la historia. Más aún, aquel personaje bello y débil que se suicida, va a ser la mano del auriga que tiene las riendas todas de la cuádriga y las tensará o relajará conforme sea la exigencia del relato: "No he querido saber, pero he sabido que una de las niñas, cuando ya no era niña y no hacía mucho que había regresado de su viaje de bodas, entró en el cuarto de baño, se puso frente al espejo, se abrió la blusa, se quitó el sostén y se buscó el corazón con la punta de la pistola de su propio padre, que estaba en el comedor con parte de la familia y tres invitados". Es todo, y aquí está todo. Trescientas páginas para aclarar este suicidio. Se me dirá al deambular de unos pasos policiales y tendré que decir cuán abismalmente lejos estamos de ello. Una novela policíaca es trepidante porque necesita contar cosas, muchas cosas, para que el lector se sienta en una maraña de la que el autor -omniscente- le dejará salir. Pero aquí no. Se ha logrado un tempo lento en el que los resultados van brotando por su propia existencia y no por la imposición del demiurgo. He hablado de novelas negras; cuentan por su propia técnica, repetidas mil veces en mil ocasiones diferentes. Ahora no, lo que tenemos es una estructura generosamente alerta en la que caben mil cosas de apariencia ajena al relato. De apariencia ajena, pero que van estructurando la propia condición de la novela. Ortega -repito- decía de ella que era una estructura abierta en la que caben mil manifestaciones literarias; no podemos pensar en la lírica con su condición hermética, ni en el teatro con las cancillas que lo constriñen. La novela es la vida misma, como el río que se despeña o las aguas que se remansan. No se trata de la historia de una pasión, como serían las "nívolas" de Unamuno, sino la vida de lejos de un quehacer restringido. Leyendo "Corazón tan blanco" pienso en Cervantes, en Galdós o en Baroja, no por parecido o vinculaciones, sino por la naturaleza de un arte extendido a un mundo en el que los portillos se han caído y entra un vendaval que viene de treinta y seis rumbos diferentes. Podríamos pensar en un cosmos cumulativo o en pluralidad de muchos inscritos en una estructura que los abarca a todos. Entonces, este relato al servicio de aclarar las causas de un suicidio, tiene también la necesidad de otras vidas que son otras tantas novelas diferentes: la aventura intuida en La Habana, la sátira del mundo de la traducción, la historia de Berta en Nueva York. Y como sustento: el rencor hacia el padre que acabaría en el descubrimiento de los móviles del suicidio.


Javier Marías (2º por la derecha) en 1982 en el domicilio de Juan Benet.

Pero si la novela es plural en su propia realización, no podemos decir que no sea el demorado análisis psicológico que hubiera gustado a Unamuno. Hay personajes retratados de manera magistral, como aquel Ranz, tan poco grato, que "hablaba pausadamente, como solía, buscando algunas palabras con mucho cuidado (picaflor, alcauzas, sombras) no tanto para ser preciso cuanto para causar efecto y asegurarse de ser escuchado con atención". El propio Ranz "se tocó el pelo polar con un poco de presunción, como hacía a veces sin proponérselo. Se lo colocaba mejor o más bien hacía ademán de colocárselo, apenas si se lo rozaba con las yemas de los dedos, como si su intención inconsciente fuera arreglárselo pero el contacto le diera temor y le hiciera tomar conciencia". Acumular informes no sería difícil: unas veces porque el texto ajeno sirve de amparo a lo que se dice (la cita de Clerk o Lewis, aplicada un par de páginas más adelante) o porque la propia experiencia es motivo de meditación (la vida de Nieves) o por consideraciones sobre la muerte, el valor de los actos o la capacidad de discernimiento. En otros casos, motivos trascendentes sobre las motivaciones del mundo o sobre el comportamiento de Berta nos sitúan ante una novela en la que poco cuentan las circunstancias (que naturalmente existen) para dejar paso a las turbulencias del ser interior. Pero esto afecta al contenido; no menos importante es saber cómo se organiza el plano de la forma.

Corazón tan blanco, de Javier Marías
Crítica de César Pérez Gracia (El Heraldo de Aragón, 1992)

Corazón tan blanco (1992) es la nueva y última novela de Javier Marías (1951). Se trata de una obra de 300 páginas en la que un traductor de congresos internacionales nos revela en primera persona las distintas facetas de su intimidad. La intimidad profesional que descubre jocosas entrevistas de presidentes europeos -español incluido-; la intimidad familiar que se extiende hasta la abuela de Cuba y sus canciones de serpientes infantiles; la intimidad conyugal de su reciente matrimonio con Luisa, colega de congresos internacionales; la intimidad estudiantil con Berta en su apartamento de Nueva York. En cada buceo por estas intimidades desveladas por el protagonista, vamos asistiendo a una anatomía feroz del corazón inocente y fatigado del mundo. Abundan las reflexiones graves que en momentos parecen tensar la página hasta hacerla restallar. Si tal cosa es posible. O si yo leo bien.

La fórmula de Marías de aunar o conjugar humor y gravedad, que tan excelente resultado ofrecía en Todas las almas (1989), tiene su continuación en esta nueva novela. Pero hay algo nuevo y distinto. La gravedad se ha acerado más y casi diría que resulta hiriente de tan afilada. Algo así como el bisturí de plata de un artista sin corazón. O con un corazón mortal. Marías, que tanto debe a Sterne, quizá entienda lo que intento expresar. Hay un soplo de Macbeth en la novela que puede helar el ánimo del más curtido corazón de lector. En ese sentido la novela es magistral en su lucidez atroz y avasalladora. Ni siquiera Benet y, por supuesto, ningún otro novelista español -joven o sesudo- nos ha entregado una novela igual en los últimos diez o veinte años. Ni siquiera Unamuno caló tan hondo en el corazón español. Y creo haber leído a Unamuno. ¿Estoy exagerando? Lean la novela.


 

Marías juega en esta ocasión bien a fondo la indefinible frontera entre autobiografía y novela. Hay retratos fantásticos e inconfundibles de seres reales y próximos, algunos quizá demasiado próximos y perturbadores. Y creo saber lo que digo, por desgracia. Y no me refiero al inquilino de la Moncloa, precisamente.

Hay páginas dignas de Sterne, como las de la novia de la papelería de Madrid. Pasajes divertidísimos, como el del Rembrandt del Prado. Escenas dignas de Hitchcock, como el espionaje por las calles de Nueva York. Y al fondo, o en primer plano perenne, la eterna mirada voraz que vigila y es vigilada en una secuencia de ojos que espían el curso sinuoso y turbio de la vida. Miriam, Berta, Luisa, Ranz, Custardoy, Villalobos. La vieja canción que todo lo une como una serpiente infantil y terrible que todo lo devora. Y el afán de que la memoria salve los restos del naufragio. Nunca hubo nada, se nos dice. Nunca hay nada, se nos repite. El tiempo se desdobla y ramifica en relatos que vuelven y conforman una novela prodigiosa de fuerza y magia evocadora.

No sabría decir si el estilo de Marías se ha superado en esta ocasión. Creo que todo ha sido puesto al servicio de un río poderoso que empujaba el curso de la novela, como un río que se deshiela y no respeta nada. Junto a la canción cubana, la cita de Macbeth sobre el corazón blanco impulsa la lectura y nos arrastran a leer de un tirón una novela inolvidable que tiene dos capítulos iniciales de infarto. Como esas oberturas de Spielberg que ponen el alma en vilo. Sin duda, es la mejor novela de Marías. Y quieran los dioses que vengan más en el futuro. No sé si será fácil que se repita el brío que ha obtenido en ésta. No le resultará faena envidiable.

La novela cuenta la razón de la muerte de dos esposas de Ranz, el padre del narrador-traductor. Pero sólo se trata de un leve anzuelo para captar al lector distraído de hoy en día. Cada página estalla con dinamita sentimental. No sé si volveré a leer en mi vida una novela que me produzca algo similar.


Crédito foto: Eamonn McCabe (The Guardian)

Las obras imprescindibles para recordar a Javier Marías
‘Corazón tan blanco’, ‘Mañana en la batalla piensa en mí’ o la trilogía ‘Tu rostro mañana’ componen la lista de novelas más destacadas del recientemente fallecido escritor Javier Marías.
por Pepa Agüera (educaciontrespuntocero.com)

Javier Marías es una de las figuras clave de la narrativa española contemporánea y, tras su fallecimiento, deja una obra marcada por temas recurrentes como los secretos, la naturaleza de la verdad, la violencia o la muerte. Desde que debutara en 1971, cuando solo tenía 19 años, con ‘Los dominios del lobo’, no dejó de sorprender: su consagración literaria llegó con ‘Corazón tan blanco’, pero siguió cosechando éxitos como ‘Tu rostro mañana’, ‘Los enamoramientos’ o ‘Tomás Nevinson”, su última novela publicada. A continuación, presentamos ocho de sus títulos imprescindibles.


Tomás Nevinson 
El agente secreto Tomás Nevinson es llamado a la acción en un mundo amenazado por el terrorismo de ETA y el IRA. El personaje deberá instalarse en una ciudad de provincias para desenmascarar la identidad falsa de una terrorista. Entre recuerdos de la historia reciente de España, Marías reflexiona sobre los medios y los fines, sobre la violencia que ejercemos, la justicia, el castigo y la venganza; en definitiva, sobre la naturaleza del mal.  (versión digital en eBiblio) (audiolibro en eBiblio)


Los enamoramientos
María Dolz, protagonista y narradora al mismo tiempo, reflexiona sobre el estado de enamoramiento; una situación que parece justificar actitudes nobles y desinteresadas, pero también desmanes y ruindades. Con esta novela, Marías escapa de lo convencional y desmitifica el poder del amor y las justificaciones que se derivan de sus actos. También escribe sobre el significado de la verdad, la impunidad o la muerte. Ganó el premio Nacional de Narrativa (2012), que él mismo rechazó; no quiso que se le reconociera como un autor "favorecido por este o aquel Gobierno", según explicó en una entrevista. (versión digital en eBiblio)


Tu rostro mañana 
‘Fiebre y lanza’, ‘Baile y sueño’ y ‘Veneno, sombra y adiós’ vertebran esta trilogía basada en un espionaje con trazas autobiográficas y de ensayo literario. Entre sus páginas recupera un personaje de ‘Todas las almas’, Jaime Deza, un académico español que regresa de Oxford tras separarse de su esposa. La obra indaga en la actividad de los servicios secretos británicos, involucrando al protagonista en el grupo M16, quién irá conociendo los inesperados rostros de quienes lo rodean, así como el suyo propio. (versión digital en eBiblio)


Negra espalda del tiempo 
Ambientada en Oxford, puede considerarse una de las primeras novelas de autoficción de la historia, un término que no se popularizó hasta 10 años después. Se trata del libro donde más se deja ver la voz del autor: los tintes autobiográficos se mezclan con una historia en la que se va creando un mundo legendario. Un mundo en el que todo cabe, lo impensable y lo que trae el destino, la inverosimilitud y la gracia, la aventura y el infortunio, la bala perdida en México y una maldición en La Habana o un piloto mercenario y tuerto al que la muerte pasaba de largo siempre. (versión digital en eBiblio)


Mañana en la batalla piensa en mí 
Marta Téllez, mujer casada y madre de un pequeño de dos años, le es infiel a su marido con Víctor Francés, un guionista de televisión y escritor fantasma. Tras una cena en casa de ella, pasan al dormitorio y, aún medio vestidos y sin haber llegado a consumar la infidelidad, Téllez empieza a sentirse mal y a agonizar hasta la muerte. ¿Qué hacer con el cadáver? ¿Y con el niño? ¿Debería avisar a la familia? Son algunas de las cuestiones que se le plantean al protagonista y cuyas respuestas guían el argumento de la obra; una intensa narración sobre el ocultamiento, la negación de las personas que una vez quisimos, el olvido y la despedida. (versión digital en eBiblio) (audiolibro en eBiblio)


Vidas escritas 
Un recopilatorio de hasta 26 textos sobre escritores que determinaron su pasión por la literatura, entre los que se incluyen William Faulkner, Joseph Conrad, Isak Dinesen, James Joyce, Robert Louis Stevenson, Arthur Conan Doyle, Oscar Wilde, Iván Turgueniev, Thomas Mann, Rainer Maria Rilke, Vladimir Nabokov, Madame du Deffand, Rimbaud, Henry James o Laurence Sterne. Todos quedan retratados de forma que sus biografías se asemejan más a un texto ficticio, casi como unos cuentos. El volumen se completa con seis retratos de ‘Mujeres fugitivas’ y el capítulo dedicado a ‘Artistas perfectos’. (versión digital en eBiblio)


El hombre sentimental 
Supone el inicio de una etapa nueva más íntima en la escritura de Marías. En el mismo compartimento de un tren con destino a Madrid, el cantante León de Nápoles ve por primera vez a Natalia Manur, a su marido, el banquero Manur, y a Dato, un extraño acompañante. Entre esos cuatro personajes comienza una historia de pasiones llevadas hasta sus últimas consecuencias. Pero ¿quién es de los tres el hombre sentimental? (versión digital en eBiblio)


Corazón tan blanco 
Le valió su primer reconocimiento fuera de España como novelista, el Premio Internacional de Literatura Impac de Dublín (1997), y el Premio de la Crítica (1993). El matrimonio, los secretos, el asesinato o la sospecha se dan cita en esta narración hipnótica que se desarrolla entre La Habana y Madrid. La novela está protagonizada por el recién casado Juan Ranz, traductor e intérprete de profesión, quién, en su viaje de novios es confundido por una desconocida que espera en la calle. A partir de ese momento ‘presentimientos de desastre’ envolverán su matrimonio. (versión digital en eBiblio)

Para saber máis:
Javier Marías y los secretos (El Español, 2020) 
Javier Marías: maestro del estilo (crealiteratura.com)
Corazón tan blanco, el clásico alemán de Javier Marías (El País, 2022) 
"Nunca imaginé el éxito de 'Corazón tan blanco" (El País, 2002)

*O copyright das imaxes corresponde ás súas respectivas/os autoras/es.

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