Como ya sabéis, tenemos una sección especial de libros escritos por y para mujeres, pero también, una muestra bibliográfica donde recomendamos libros escritos por mujeres que no puedes dejar de leer.
Durante este mes de marzo, desde la
Biblioteca Rosalía de Castro os aconsejamos que sólo leais libros escritos por mujeres, o por lo menos la mayoría, tal y como se recoge en el hashtag de twitter
#ReadWomen2014.
Cada día a partir del 8 de marzo, dedicaremos una sección de este blog para hablar de la biografía y otras referencias de diferentes escritoras, así como de las obras escritas por mujeres que iremos recomendando y que se pueden encontrar en el
Sistema de Bibliotecas Municipales de Oleiros.
Aprovechamos para dejaros algunos comentarios, que no tienen desperdicio sobre el “mal” hábito que algunas mujeres cogieron a través de la historia: el de leer, con el cual se volvieron ciertamente peligrosas, tal como recoge
Stefan Bollman en su obra
“Las mujeres que leen son peligrosas” , en la que rinde un homenaje a las mujeres y confirma el poder que confiere la lectura.
Consejos del humanista Juan Luis Vives para padres y maridos:
En 1523, el humanista español Juan Luis Vives aconsejaba a padres y maridos que no permitiesen que sus hijas y mujeres leyesen libremente. «Las mujeres no deben seguir su propio juicio», escribe, «dado que tienen tan POCO».
Motivos del pedagogo Karl G. Bauer para “no” leer, sobre todo a las mujeres:
“La falta total de movimiento corporal durante la lectura, unida a la diversidad tan violenta de ideas y de sensaciones”, según la afirmación hecha en 1791 por el pedagogo Karl G. Bauer, solo conduce a “la somnolencia, la obstrucción, la flatulencia y la oclusión de los intestinos con consecuencias bien conocidas sobre la salud sexual de ambos sexos, especialmente el femenino”.
Y por último, en el siglo XX, las lectoras solitarias y solas retratadas por Hooper en sus cuadros,
“Las lectoras de Hopper no son peligrosas pero están en peligro, no tanto por su imaginación desbordante sino por la depresión. El mal del mundo moderno. Una incurable melancolía flota sobre la lectura y la lectora, como si el alegre caos engendrado por la fiebre lectora hubiera finalmente conducido a una apatía vertiginosa, la misma que expresan las mujeres lectoras de Hopper con esos impresos que hojean sin verdadero interés.”