Mestre dun "oficio ardente", vivíu intensamente a poesía, a militancia política, a defensa dos dereitos humanos, e a loita contra a dictadura en Arxentina, cuxos terribles efectos sofreu nas súas propias carnes.
"Empecé a escribir poemas a los nueve años. Claro que fue por una chica. Al principio le mandaba versos de un argentino del siglo XIX, Almafuerte, pero no me hizo caso. Así que decidí probar yo mismo. Tampoco me hizo caso.
Ella siguió por su camino y yo me quedé con la poesía."
Epitafio
Un pájaro vivía en mí.
Una flor viajaba en mi sangre.
Mi corazón era un violín.
Quise o no quise. Pero a veces
me quisieron. También a mí
me alegraban: la primavera,
las manos juntas, lo feliz.
¡Digo que el hombre debe serlo!
Aquí yace un pájaro.
Una flor.
Un violín.